viernes, 5 de abril de 2013

Unad Cead Valledupar


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Presentado a



              Lilian Bolaños                   Mardelia Yolima Padilla Santamaría
                 Psicóloga                            Directora UNAD - Valledupar

GRUPO GENESIS UNAD 2013



INTERVENCION PSICOSOCIAL EN EL CONTEXTO ORGANIZACIONAL



La psicología organizacional es el estudio científico del comportamiento humano en las organizaciones. Tiene como métodos principales la observación y la experiencia ya que se pueden medir y registrar.

Ello significa que sus procedimientos y resultados son objetivos ya que se requiere que los hechos observados sean públicos y confirmables. La psicología organizacional, con sus métodos y procedimientos tiene la misma categoría que cualquier ciencia, pues se conoce por sus métodos y no por su objeto.

Cuando un psicólogo organizacional observa el comportamiento de los trabajadores, lo hace siguiendo las tradiciones más comunes de la ciencia: objetiva, imparcial y sistemática. Si su método es objetivo también lo es el objeto de su observación, la conducta humana.
La conducta externa es el único aspecto de la existencia humana susceptible de ser observados, medidos y registrados con objetividad. No obstante también se ocupa de las dimensiones intangibles del ser humano: motivaciones, emociones, ideas y deseos.
No es posible observar directamente estas facetas de nuestra vida interior o subjetiva, pero si inferirlas.

Es así como el psicólogo organizacional trata de conocer más a fondo el comportamiento humano, pero la esencia del método científico consiste simplemente en que el psicólogo observa con atención, escucha, mide y registra todo con objetividad, precisión e imparcialidad.

La intervención del profesional, mejora el clima laboral, baja el estrés de sus empleados y directivos, ayuda a desarrollar actitudes y competencias, orientadas a la toma de decisiones y a la mejora de la imagen institucional lo cual se traduce en una mejora cuantitativa y cualitativa de la gestión de la empresa, en su imagen institucional y en el rendimiento de sus empleados.
En el mundo moderno, con la nueva manera de hacer negocios, elementos como la Inteligencia Emocional cobran una importancia crucial.

Para las organizaciones, conseguir al más brillante en algún ámbito es cuestión de tiempo y dinero, pero mucho más complicado será encontrar al más apto.

Esto significa competencia técnica e Inteligencia Emocional y ambas son competencias de las que se ocupa de desarrollar la psicología.

En el mundo empresarial se está cada día más convencido de que aquellas personas que más alto o más rápidamente ascienden en sus carreras profesionales son aquellas que poseen un mayor coeficiente de Inteligencia Emocional. La Inteligencia General requiere tiempo y calma, la Inteligencia Emocional rapidez.

El psicólogo organizacional puede ocuparse de todas estas funciones:

Selección, Evaluación y Orientación de personal
Formación y Desarrollo del personal
Marketing y Comportamiento del Consumidor
Condiciones de Trabajo y Salud    
Organización y desarrollo de Recursos Humanos

Él será el encargado de introducir la Inteligencia Emocional dentro del área laboral para permitir desarrollar aptitudes que lograrán un exitoso desempeño en quien pueda manejarlas

Estas son:

La empatía
Percibir lo que otros sienten sin decirlo es su esencia
La influencia
El arte de la influencia requiere manejar con efectividad las emociones ajenas).
El contagio de las emociones
Cada uno influye en el estado de ánimo de los demás.
Manejar las emociones ajenas
Esta estrategia aprovecha hábilmente el contagio emocional.
Manejo de conflictos
Negociar y resolver desacuerdos
Liderazgo
Inspirar y guiar a individuos o grupos

favorecer las condiciones que permitan superar los conflictos con las fuerzas exteriores (otros competidores), internas (los trabajadores sindicados, por ejemplo) y las peculiares del dinamismo de la propia organización.

INTERVENCION PSICOSOCIAL EN EL CONTEXTO COMUNITARIO



Intervención psicosocial comunitaria: Para realizar intervención psicosocial comunitaria, primero tendremos que reconocer que el hombre como ser social, crea y recrea la sociedad a la cual pertenece, la misma que lo regula a través de sus diferentes normas. Es así, como la concepción de la sociedad ha evolucionada como ella misma a través de las diferentes épocas. En Roma por ejemplo, se concebía la sociedad como, un grupo voluntario de personas que tienen objetivos compartidos, para Aristóteles la sociedad era un organismo vivo, mientras para el cristianismo representado por Tomas de Aquino, la sociedad era una totalidad orgánica, regulada por fuerzas trascendentes.

Durante el siglo XVI, se concibe a la sociedad como una totalidad en construcción de orden artificial, en la época de la industrialización el concepto de sociedad está definida como el conjunto de productores y no productores, mientras Augusto comte enmarca las sociedades determinadas por el tiempo y el espacio, de donde se originarían las sociedades estáticas y dinámicas.

Es apenas en el siglo XIX, cuando la sociedad se concibe como conjunto de relaciones sociales observables, como una totalidad de estructuras sociales independientes, conceptos influenciados desde el funcionalismo por el positivista Emilio Durkheim, quien marca lineamientos importantes, para diferenciar sociedad de comunidad, asignando a esta última como un subconjunto de la sociedad con construcciones colectivas en común. Ya para el siglo XX, hasta hoy la sociedad es un sistema de convivencia entre diferentes personas y grupos con una estructura específica, la cual conforma la base de la dinámica social, al interior de la cual se desarrollan diferentes roles, de tal manera que, la dinámica social es, la interacción que se dan entre los individuos y los diferentes grupos o parcialidades de la sociedad a través de las cuales se expresan los diferentes requerimientos sociales.

Desde esta concepción, la intervención comunitaria atañe tanto a la sociedad como a la comunidad, ya que las sociedades se clasifican y determinan de diversas maneras, según el punto de vista desde el que se inspeccionen, teniendo en cuenta que, éstas se diferencian mas por su propia cultura, que por sus diferentes estructuras o funciones.

Lo que si se considera pertinente al momento de realizar cualquier intervención comunitaria es diferenciar las sociedades simples, de las sociedades complejas, ya que las primeras aluden a grupos sociales relativamente pequeños y geográficamente delimitados, cuyos miembros observan interacción directa entre ellos, comparten la misma herencia social, con predominancia de esfuerzos cooperativos, además de que la especialización en su interior es poca y se gesta en ella unidad social cohesiva, donde las tradiciones controlan el comportamiento de los miembros
del sistema social, de tal modo que la cultura permea la mayoría de los comportamientos, los cuales están relacionados más con lo sagrado que con las creencias y valores seculares, aspectos, que hacen que allí las personas generen dependencia unas con otras y se rijan generalmente por valores tradicionales y por costumbres no formales.

En contraposición a las sociedades simples, las sociedades complejas, se caracteriza por, habitar en espacios geográficamente próximos, porque sus miembros sostienen poca interacción unos con otros, a tal punto de tocar el anonimato, la interdependencia esta basa en la funcionalidad y en la realización de tareas especializadas, lo que hace que el esfuerzo cooperativo sea poco.

 Además de que las sociedades complejas se caracterizan por observar un profundo cambio cultural de una generación a otra, tener diversidad cultural con presencia de subculturas, (las cuales algunas veces son más fuertes que los lazos del sistema cultural principal), construir vínculos familiares inestables, poseer variabilidad en la movilidad social y rigidez en su accionar interno; Aspectos que favorece en gran parte la desintegración de estas sociedades, las cuales a su vez suelen observar comportamientos inscritos dentro de la instrumentalidad, pues para los miembros de las sociedades complejas, la reflexión y experimentación son instancias no solo deseables sino necesarias y la riqueza es eje posibilitador de estatus, de poder político, socioeconómico y de prestigio social.

Por consiguiente en este tipo de intervención psicosocial, el sujeto a la vez que es protagonista de su desarrollo es coparticipe del desarrollo de otros, en tanto participa en el control de su entorno a la par que trabaja por sus propios objetivos, lo que va en la vía de la promoción de la salud y el bienestar individual y colectivo.

Dado que, la intervención psicosocial en la comunidad enfatiza sus metas en el incremento del bienestar social y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que la conforman, bajo una acción orientada por la promoción de la competencia de los grupos y las comunidades buscando estudiar sus problemas y generar recursos para superarlos, le resulta inherente a su accionar el trabajo de investigación social e intervención comunitaria, desde una perspectiva preventiva y proactiva, óptica desde la cual una de las finalidades más importantes de la intervención psicosocial con las comunidades es la prevención, focalizada en grupos de riesgo o grupos significativos con respecto a una determinada problemática tratada. 

INTERVENCION PSICOSOCIAL EN EL CONTEXTO FAMILIAR


Intervención psicosocial en las familias: Para captar la importancia de la intervención psicosocial en el campo familiar, es necesario retomar la esencia de la familia no solo como, la célula de la sociedad sino, como aquella entidad asociada directamente a la causa y el efecto de la enfermedad mental, en tanto es la matriz de la socialización primaria con dinámica interna y compleja que circunda a sus miembros y que encarna una dinámica propia, donde se pueden encubar todos aquellos elementos psicosociales, que requieren de una debida elaboración para el sano desarrollo individual y familiar. Máxime cuando toda acción profesional que se realce en este campo, incide en el fortalecimiento o no de las funciones familiares, de sus soportes funcionales y de los riesgos potenciales y actuales de las familias.

En este sentido, al realizar intervención psicosocial en el campo familiar, se debe partir de identificar las motivaciones personales de cada miembro de la familia, analizar su dinámica interna, estructura de roles, territorialidad es decir lugar donde habita la familia, disponibilidad del espacio por miembro, características socio-culturales, expectativas personales a corto, mediano y largo plazo y las condiciones de salud en general etc., para así poder llegar a un construir un pre diagnóstico que dé cuenta de los elementos básicos que permean la problemática familiar, haciendo una exploración de la situación específica de la cual deriva la problemática, contabilizando los elementos básicos y diferenciando los momentos críticos de los traumáticos, lo que le permitirá al profesional que haga la intervención identificar la situación de la que cual emerge el requerimiento de la misma. Además la intervención psicosocial con las familias exige que se establezcan metas claras a corto y mediano plazo, lo mismo que los indicadores objetivos, ello permitirá que, estos mecanismos se conviertan en  reguladores internos del sistema y ayuden a determinar el progreso en el campo familiar.

También es posible la intervención psicosocial en el sistema familiar, a través de la integración de la familia en redes de apoyo social, la mejora de las relaciones personales del grupo familiar, la conexión con otros recursos sociales, el desarrollo de habilidades parentales para padres que tienen problemas de competencia para la crianza de sus hijos o desde una perspectiva más preventiva en escuelas de padres dirigidas a la comunidad en general.

Se considera importante nombrar que, son mecanismos facilitadoras para el acompañamiento psicosocial a la familia, tanto las técnicas de trabajo grupal como individual, pautas educativas y desarrollo estilos de comunicación eficaces, acompañados con mecanismos accesibles para mejorar las relaciones de ayuda y expresión de la afectividad.

INTERVENCION PSICOSOCIAL EN EL CONTEXTO JURIDICO





La Psicología Jurídica, Comprende el estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención y asesoramiento y/o tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y relacionales que inciden en el comportamiento legal de las personas, mediante la utilización de métodos propios de la psicología científica y cubriendo por lo tanto distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención.

CAMPOS DE ACCIÓN
La psicología jurídica Aplicada a en los siguientes campos: 
1. cárceles: Consiste en el estudio científico del comportamiento, el temperamento, el carácter, las actitudes, las motivaciones calificando y evaluando los rasgos de personalidad del interno.
2. Menor infractor: Se encarga del asesoramiento, información y la realización de seguimientos de la situación del menor infractor y cuáles son las posibilidades de reeducación y tratamiento.
3. Procesos de separación y divorcio: Permite a los psicólogos asesorar al juez en los procesos de separación y divorcio en lo relacionado con la situación de los hijos, nulidad, matrimonio de menores, entre otros. Igualmente en los casos sobre adopciones.
4. Victimología: Consiste en la atención, tratamiento y seguimiento de víctimas y la planificación y prevención de los grupos de riesgo.
5. Resolución de conflictos: Permite organizar espacios adecuados de comunicación que ayuden a manejar los conflictos. Ser mediador favorece la interrelación y la consolidación de los acuerdos.
6. Psicología judicial (testimonio, Otro campo donde han surgido numerosos estudios ha sido el del Testimonio, este es el conjunto de conocimientos que basados en los resultados de las investigaciones de los campos de la Psicología Experimental y la Psicología Social intentan determinar la calidad (exactitud y credibilidad) de los testimonios que sobre los delitos, accidentes sucesos cotidianos, prestan los testigos presenciales.


INTERVENCION PSICOSOCIAL  EN EL CONTEXTO EDUCATIVO






"su objeto principal es la comprensión y el mejoramiento de la educación" La intervención psicosocial en el contexto educativo, exige que, el profesional que intervenga, despliegue su accionar en lineamientos pedagógicos en los diferentes contextos donde interviene, máxime cuando hoy la educación se ha convertido en una institución básica para estructurar las relaciones sociales, por la que casi la totalidad de los individuos transitan, conllevando la labor educativa, un trabajo político donde intervienen el punto de vista interpersonal, intrapersonal, aspectos culturales, disciplinares y de contexto, implicando el proceso educativo a la vez cuestiones sociales que afectan plenamente al ámbito tanto teórico, practico, como social y comunitario.

Esta visión integral de la educación reclama con urgencia en este escenario, intervenciones psicosociales, que integren en su accionar elementos intrínsecos al conjunto de los estamentos o sectores educativos y sociales, así como de instituciones técnicas, medios de comunicación y todas aquellas esferas que hagan parte del escenario educativo, solo así los científicos sociales estarán asumiendo la educación como una auténtica responsabilidad colectiva, ello teniendo en cuenta que la educación representa uno de los pilares de la sociedad y es motor dinámico de todo cambio social.

Tal visión integral de la educación o más bien podría decirse socioeducación, van en concordancia con los planteamientos de M. Scheler, K. Jaspers y J. Maritain y X. Zubiri, (Hoffman, 1996), quienes propugnan por una educación social desde la antropología, el humanismo integral, lo existencial y desde el proyecto personalista, esto complementado con los postulados de P.Freire, quien defiende una educación como un mecanismo de concienciación comprometida a favor de los más desfavorecidos. En esta perspectiva la intervención psicosocial en el campo educativo, debe enfocarse a trazar su accionar desde la construcción social, abocándose a realizar Intervenciones
grupales inherentes al proceso educativo y concibiendo a la pedagogía social, simultáneamente como ciencia y como proceso. Ciencia en cuanto forma parte tanto de las ciencias pedagógicas como de las ciencias sociales y proceso en tanto que representa el modo como la persona se integra en la sociedad, de este modo la intervención psicosocial en el contexto educativo se puede
abordar de dos formas, la primera tiene relación con la intervención y la segunda con la evaluación.
Desde el campo de la intervención psicosocial, esta cobra vitalidad y sus efectos se sienten ya sea de forma directa o indirectamente en el proceso educativo, por medio de acciones en el campo comunitario; intervención en infancia, juventud y tercera edad; en contextos marginales; en capacitación y en formación referida a valores y compromiso social, es decir las labores básicamente son socioeducativas Por otra parte se pude centrar la intervención psicosocial en la reflexiónacción sobre el comportamiento humano, dado en referencia a situaciones educativas, en el desarrollo de las capacidades de las personas, las instituciones, familias, en los grupos y sistemas sociales reglados y no reglados etc. Así mismo a nivel educativo, se pude intervenir psicosocialmente, apoyando todos los procesos psicosociales que afectan el aprendizaje, o que
de este se derivan, independientemente de su origen ya sea personal, grupal, social o de salud etc.

Asimismo es pertinente la intervención psicosocial en el campo educativo para, promover la participación institucional, planificar, desarrollar y evaluar los procesos de orientación y asesoramiento profesional y vocacional, así como para la elaboración de métodos de aprendizaje, además de servir como metodología preventiva, acta para prevenir las consecuencias que pueden generar la diferencia entre las necesidades educativas de la población y las respuestas emitidas por los sistemas sociales y educativos. Siguiendo este enfoque preventivo, las intervenciones psicosociales en el campo educativo, contemplan tanto el asesoramiento a agentes educativos (educadores, padres etc.) como el desarrollo de programas específicos de capacitación en esta dirección, (Capacitación afectivo-sexual, prevención del consumo de sustancias psicoactivas, etc.), además de aportar elementos didáctico – educativos sobre las áreas evolutivas, cognitivas, afectivas, comporta mentales, psicosociales e institucionales entre otras.

Dicho de otra manera, desde la intervención psicosocial en el contexto educativo, también se puede hacer análisis de la realidad educativa, y de los factores sociales y culturales que influyen en el proceso enseñanza aprendizaje, además de que, interviene en la prevención socioeducativa, impulsando la cooperación y coordinación de los servicios, instituciones, organizaciones y sociales del entorno, como si fuera poco quien haga intervención psicosocial en este campo, también puede participar en el diseño e implementación de planes de intervención comunitaria en el ámbito territorial, local y nacional.